LA FIBRA Y
TÚ
Tal
vez alguna vez has visto en un comercial donde se anuncia un producto “alto en
fibra” o notado en el supermercado una sección dedicada a estos productos. La
fibra es un componente alimenticio que en la actualidad se consume en cantidades
menores a las que el organismo requiere (pues los alimentos “sanos” han sido rezagados por las “chucherías”). Si
consideramos todas las repercusiones positivas que tiene la fibra en nuestra
salud entonces podremos entender que juega un papel muy importante en nuestra
alimentación (papel que va más allá de evitarnos una larga estancia en el
sanitario) La fibra es un componente
comestible no digerible de los alimentos (no se utiliza como fuente de energía)
que es fermentado por la flora intestinal en el intestino grueso (los
microorganismos que viven naturalmente en nuestro tracto gastrointestinal
pueden beneficiarnos). Existen dos tipos de fibra: la soluble y la insoluble.
La
fibra soluble es aquella capaz de absorber agua y formar una especie de gel. Esta
incrementa la sensación de saciedad (resultando en una menor ingestión de alimento)
, regula los niveles de colesterol en sangre (disminuyendo el colesterol LDL o
colesterol “malo”) y a mantener estables los niveles de glucosa sanguínea (o
azúcar en la sangre). Esta puede ser encontrada en una gran cantidad de
alimentos tales como el frijol germinado, las frutas del bosque, la avena, la
manzana, la pera, leguminosas y la cebada.
Por
otro lado, la fibra insoluble es incapaz de disolverse en agua y más bien actúa
como una esponja. Esta fibra contribuye a limpiar las paredes del tracto
gastrointestinal de sustancias de desecho y a mejorar el paso de los alimentos
a través de éste (reduciendo la incidencia de estreñimiento y ahorrándonos algo
de tiempo en el sanitario). Esta fibra puede encontrarse en el salvado de
trigo, salvado de maíz, trigo integral, pan de trigo integral, verduras y
frutas, frutos secos y avellanas.
Una
combinación apropiada entre los alimentos que contienen ambos tipos de fibra
puede contribuir a mejorar notoriamente la salud de nuestro tracto
gastrointestinal mejorando nuestro
estado general. Por ello, si acostumbras
a consumir grandes cantidad de alimentos cárnicos y productos industrializados
y refinados (lo que encontramos en “la tienda de la esquina”) consume alimentos
ricos en fibra y prepárate para el cambio.
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