martes, 9 de abril de 2013


LA FIBRA Y TÚ
Tal vez alguna vez has visto en un comercial donde se anuncia un producto “alto en fibra” o notado en el supermercado una sección dedicada a estos productos. La fibra es un componente alimenticio que en la actualidad se consume en cantidades menores a las que el organismo requiere (pues los alimentos “sanos”  han sido rezagados por las “chucherías”). Si consideramos todas las repercusiones positivas que tiene la fibra en nuestra salud entonces podremos entender que juega un papel muy importante en nuestra alimentación (papel que va más allá de evitarnos una larga estancia en el sanitario)  La fibra es un componente comestible no digerible de los alimentos (no se utiliza como fuente de energía) que es fermentado por la flora intestinal en el intestino grueso (los microorganismos que viven naturalmente en nuestro tracto gastrointestinal pueden beneficiarnos). Existen dos tipos de fibra: la soluble y la insoluble.
La fibra soluble es aquella capaz de absorber agua y formar una especie de gel. Esta incrementa la sensación de saciedad (resultando en una menor ingestión de alimento) , regula los niveles de colesterol en sangre (disminuyendo el colesterol LDL o colesterol “malo”) y a mantener estables los niveles de glucosa sanguínea (o azúcar en la sangre). Esta puede ser encontrada en una gran cantidad de alimentos tales como el frijol germinado, las frutas del bosque, la avena, la manzana, la pera, leguminosas y la cebada.
Por otro lado, la fibra insoluble es incapaz de disolverse en agua y más bien actúa como una esponja. Esta fibra contribuye a limpiar las paredes del tracto gastrointestinal de sustancias de desecho y a mejorar el paso de los alimentos a través de éste (reduciendo la incidencia de estreñimiento y ahorrándonos algo de tiempo en el sanitario). Esta fibra puede encontrarse en el salvado de trigo, salvado de maíz, trigo integral, pan de trigo integral, verduras y frutas, frutos secos y avellanas.
Una combinación apropiada entre los alimentos que contienen ambos tipos de fibra puede contribuir a mejorar notoriamente la salud de nuestro tracto gastrointestinal  mejorando nuestro estado general.  Por ello, si acostumbras a consumir grandes cantidad de alimentos cárnicos y productos industrializados y refinados (lo que encontramos en “la tienda de la esquina”) consume alimentos ricos en fibra y prepárate para el cambio.

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