Televisión y su influencia en la
alimentación:
El excesivo tiempo que los niños dedican a la televisión
(TV) fomenta el sedentarismo infantil y recorta el tiempo para jugar, pasear y
realizar deporte, además, repercute negativamente sobre sus
hábitos alimenticios, pues mientras miran la TV suelen consumir, chucherías,
golosinas, etc.
Se les estimula a introducir en su dieta productos
alimenticios, muchos de ellos con dudoso valor nutricional y generalmente muy
calóricos, que reiteradamente se anuncian durante los abundantes espacios
publicitarios de la programación infantil.
La propaganda de estos
productos suele deslizar mensajes engañosos al utilizar expresiones que
enmascaran su verdadero contenido nutricional. Así, tras fases como: "sin
colesterol", "con grasa vegetal" "sin azúcar", se
ocultan alimentos elaborados con grasas saturadas o vegetales hidrogenadas,
edulcorantes calóricos, promotores de trastornos nutricionales, como la
hipercolesterolemia y la obesidad, Y estos son factores de riesgo
cardiovascular.
La visualización de la TV favorece, la aparición de grave trastornos del
comportamiento alimentario como la anorexia y la bulimia nerviosa,
especialmente cuando se ve de forma poco crítica cierta programación que tiende
a fomentar una obsesión social por el culto a los cuerpos esbeltos y perfectamente
modelados, pero que paradójicamente facilita el sedentarismo y el consumo de
alimentos muy energéticos.
La solución de este problema es reducir el tiempo dedicado a la TV
aumentaría la actividad física del niño y disminuiría la ingesta calórica
procedente del "picoteo" y del consumo de los alimentos anunciados, y
la selección de la programación reduciría el riesgo de trastornos del
comportamiento alimentario.
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