La anorexia nerviosa es un trastorno alimenticio el cual consiste en el rechazo a
mantener un peso corporal mínimo normal, en un miedo intenso a ganar peso y en
una alteración significativa de la percepción de la forma o tamaño del cuerpo.
Además, las mujeres afectas de este trastorno, aunque hayan pasado la
menarquía, sufren amenorrea.
SÍNTOMAS:
1.Las personas con este trastorno tienen un miedo intenso a ganar peso o a
convertirse en obesas.
Este miedo
generalmente no desaparece aunque el individuo pierda peso y, de hecho, va aumentando aunque el peso vaya
disminuyendo.
2.Existe una alteración de la percepción del peso
y de la silueta corporales.
3.Algunas
personas se encuentran “obesas”, mientras que otras se dan cuenta de que están
delgadas, pero continúan estando preocupadas porque algunas partes de su cuerpo
(especialmente el abdomen, las nalgas y los muslos) les parecen demasiado
gordas.
4.El
nivel de autoestima de las personas que sufren este trastorno depende en gran
medida de la forma y el peso del cuerpo.
5.Consideran
un logro perder peso y un signo de extraordinaria autodisciplina; en cambio,
ven el aumento de peso como un fracaso inaceptable de su autocontrol.
CLASIFICACIÓN:
Tipo restrictivo: cuadros clínicos en los que la pérdida de
peso se consigue
haciendo
dieta, ayunando o realizando ejercicio intenso, estos individuos no recurren a atracones
ni a purgas.
Tipo compulsivo/purgativo: Este
subtipo se utiliza cuando el individuo recurre regularmente a atracones o
purgas (o ambos). Parece ser que la mayoría de las personas pertenecientes a
este subtipo recurren a conductas de esta clase al menos semanalmente.
TRATAMIENTO:
Hay diversos tratamientos para la cura
de la anorexia, las
alternativas son:
psicoterapia,
terapia nutricional, terapia
medicamentosa, etc.
Los objetivos de estos tratamientos es
regularizar la alimentación en el individuo y tratar que el entorno familiar
solucione sus disfunciones ya que el papel de la familia es fundamental para la
recuperación. Se recomienda en el caso de los padres del afectado que traten de
hacer encontrar a su hijo los valores perdidos, fomentar su iniciativa,
independencia y autoestima. Ayudarlo a manejar su ansiedad, si se manifiestan
actitudes sospechosas no hay que encubrirlas sino pedir ayuda profesional
rápidamente, no imponer comida: que el tema de la alimentación no se convierta
en una discusión.
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